Para determinar cuándo se extingue la obligación de proporcionar alimentos por parte de uno de los progenitores, el Tribunal Supremo ha establecido que no es suficiente con la percepción de algún ingreso por parte del hijo si este ingreso no es suficiente para garantizar su autonomía económica. Esta decisión fue dictaminada en una sentencia emitida el 20 de julio.
La magistrada Parra Lucán, quien fue la ponente de la sentencia, concluye que si posteriormente los ingresos del hijo han mejorado, esto puede justificar la extinción de la pensión alimenticia. Sin embargo, esto no implica que la extinción tenga efectos retroactivos al momento en que el hijo comenzó a recibir sus primeros ingresos por trabajo, incluso si estaba estudiando y utilizaba estos ingresos para satisfacer sus necesidades y contribuir a los gastos del hogar familiar, en el que también se beneficiaba debido a la convivencia.
La sentencia argumenta que, según la doctrina de la Sala en casos de procedimientos de modificación de medidas, la pensión fijada en dicho proceso opera desde la fecha de la sentencia emitida en el procedimiento de modificación. En este contexto, se hace referencia al artículo 106 del Código Civil, que establece que los efectos y medidas provisionales previstos en casos de nulidad, separación y divorcio terminan cuando son reemplazados por los de la sentencia o cuando el procedimiento se resuelve de otra manera. Además, el artículo 774.5 de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC) establece que los recursos presentados contra la sentencia no suspenden la eficacia de las medidas adoptadas en dicha sentencia en casos de procesos matrimoniales y de menores, bajo la categoría de «medidas definitivas».
(El Economista, 09-10-2023)
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